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EP 3: GÉNESIS 3

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El origen y el propósito

“La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el SEÑOR Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?”.

El origen y el propósito del mal

¿Por qué un Dios bueno, amoroso, y todopoderoso crearía el mal? ¿Es verdad que la serpiente de Génesis 3, conocida también como el diablo, en el Nuevo Testamento, es el enemigo de Dios? ¿Acaso alguien puede oponerse a un Dios ilimitado en poder? 

Estas preguntas serán aclaradas en ésta lectura, y contestarán muchas incógnitas del ser humano, y nos permitirán descubrir, que aún la maldad, las tinieblas que ya se mencionaron en el capítulo 1, y la adversidad, tienen un propósito en el plan eterno de sabiduría divina.
¿Qué es la serpiente de Génesis 3?
Primero, aclaremos, lo que no es, no es un animal, no es un reptil, aunque en muchas traducciones digan que la serpiente era el más astuto de los animales, en realidad, la palabra que se traduce como animal, también podría traducirse como ser viviente. Asi que, no tenemos que ubicarla en el reino animal. Una vez dicho esto, automáticamente podemos borrar de nuestra mente, la imagen del arte, o las Biblias infantiles, con una víbora enredada en un árbol hablando con Eva.

Es tiempo de que descubramos la Biblia, en el contexto del pensamiento en el que fue escrita, de lo contrario, sus historias parecerán leyendas, o caricaturas que sólo los niños creen. Pero cuando esos niños crecen, y llegan a las universidades, terminan burlándose y considerando la Biblia un libro de mitologías y leyendas, se los dice por experiencia quien les está relatando ésta historia. 

Entonces, ¿qué es la serpiente, desde la perspectiva de los Israelitas a los que Moisés les escribió? ¿Acaso serán como niños de kínder o tan ingenuos para creer éstas historias, y seguirlas transmitiendo a sus hijos por generaciones, y haber sido perseguidos por siglos, por afirmar que éstas historias eran verdaderas? Descubramos una perspectiva más madura, y con sentido sobre esta historia.
La serpiente es un ser espiritual, para los Israelitas había dos tipos de seres vivos, seres terrenales, ya sean animales o seres humanos, los que fueron creados en Génesis 1, que surgen de la tierra. Y, por otro lado, seres espirituales, habitantes del ámbito celestial o metafísico, con los cuales los Israelitas ya habían interactuado en múltiples ocasiones, desde la época de sus padres Abraham, Isaac y Jacob, y toda la historia milagrosa del éxodo de Egipto. Así que los Israelitas no tenían la menor duda de la existencia de estos seres espirituales. ¿Qué era la serpiente para ellos? La serpiente era un agente espiritual de caos y confusión, de mezcla de absolutos.

Un paralelismo de Génesis 1:2 donde después de que Dios creó los cielos y la tierra, misteriosamente la tierra se vuelve desordenada y vacía. Según Job 1:6-12 satanás es un hijo de Dios, hijo de Dios es una expresión Bíblica para referirse a un ser espiritual como Dios, en contraste, con un hijo de Adán o de la tierra, ya que Adán viene de la palabra tierra. 

Satanás que significa adversario, o también se describe como acusador en el Nuevo Testamento, tiene un rol dentro de la corte celestial, que cumple propósitos divinos, y no actúa de manera independiente. Por consiguiente, no es un enemigo de Dios, en el sentido de que contradiga, o se oponga a los planes divinos, más bien, sería un adversario del hombre, que al final, será el instrumento que mejore al hombre y le haga aprender la superioridad del bien sobre el mal.  El fruto de esta lucha del ser humano contra la adversidad.
Es similar al beneficio de un deportista, al enfrentarse a contrincantes cada vez más difíciles, lo que traerá como resultado su perfeccionamiento deportivo. ​Podemos ver un resumen de esta contienda en el libro de Job con un final feliz, y Job reconociendo la bondad y la sabiduría divina, a pesar de todos los sufrimientos que satanás le causó, obviamente, con la iniciativa y permiso divino. De modo que Job, es un mini resumen de la historia de toda la Biblia.

De la misma manera, la adversidad que satanás y su reino le traen al ser humano, al final le harán aprender y perfeccionarse para vencer el mal. Sólo Dios es todopoderoso y soberano, y sus supuestos enemigos, tiemblan ante su presencia. Todo fue creado por Dios para su gloria, y para cumplir un plan perfecto y eterno, y aún el mal y la adversidad tienen un propósito específico en el plan educativo de Dios, que culminará cuando el ser humano a pesar de conocer el mal aprenda a elegir el bien, porque reconoce que la luz, la vida, el amor, el perdón, la humildad, la alegría, la gratitud, son muy superiores a las tinieblas, la muerte, el odio, el rencor, el orgullo, la tristeza, y la ingratitud.

Cuando el mal haya cumplido su propósito, será destruido, y erradicado del universo para siempre. Aunque en Génesis 3 no se menciona que la serpiente sea el diablo, o satanás, en Apocalipsis 12:9 dice que es el mismo personaje, y, aquí en este último libro de la Biblia, se revela su derrota y juicio final, por haber engañado a la humanidad.
Génesis 3.
“La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el SEÑOR Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? —Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer. Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: «No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán». —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal”.

¿Qué significa el árbol del conocimiento del bien y el mal? Ya vimos anteriormente, que el árbol de la vida representaba la presencia divina, dentro del jardín del Edén, una especie de templo cósmico, donde Dios es la fuente de vida, representado en el árbol de la vida, y le árbol del conocimiento del bien y el mal, es el falso árbol, que desconecta al ser humano de su origen que con engaños le seduce a desobedecer a Dios, y vivir por su cuenta, siendo sabio en su propia opinión. A continuación, descubriremos algo que nos simplificará aún más su significado.

La palabra clave de este árbol es: “conocimiento”, hebreo “daat”, árbol de conocimiento del bien y el mal. Esta palabra hebrea daat que se traduce como conocimiento, se usa también en la Biblia para referirse a relaciones íntimas, incluso sexuales, lo que implica una conexión total, por consiguiente, el árbol del conocimiento del bien y el mal, implica la conexión íntima, la unión tan profunda entre el bien y el mal, que hace prácticamente imposible separar o discernir, lo uno de lo otro, es decir, comer de éste árbol traería como consecuencia, que el ser humano tendría dentro de sí mismo el bien y el mal tan mezclados, tan conectados, que a todo se le podría dar una explicación buena o mala, es decir, cada quien haría lo que bien le pareciera, ya no habría un bien y un mal absolutos, todo sería relativo, dependiendo de la conveniencia de cada caso, porque estaría totalmente mezclado y confuso.

Esa es en esencia la gravedad de comer o hacer parte de uno mismo, esta mezcla de bien y mal, por eso más adelante, Yeshúa afirmaría que la única manera de tener vida eterna, vencer la muerte, era comer su carne y beber su sangre, Juan 6, es decir, comer del árbol de la vida que es él, y su palabra, para reparar el pecado de haber comido del árbol del conocimiento del bien y el mal.

Entiende ese comer, como tener comunión total, así como el alimento entra en nuestro ser para beneficiarnos, comer de la carne y sangre de Yeshúa, es hacernos uno con él. Antes de esto, Dios había dicho que todo lo que había hecho era bueno en gran manera, pero ahora, el bien y el mal estarían conectados, habría confusión, división por diferencias de opinión entre unos y otros, y la única manera de acabar con ésta mezcla, confusión y caos interno del ser humano, sería a través de la muerte y una nueva creación, donde se eliminaría totalmente el mal, misión que cumpliría el segundo Adán, llamado Yeshúa, lo cual se menciona en la carta del apóstol Pablo a los Romanos 5, tema del cual aprenderemos en el Nuevo Testamento, y, el desenlace final de la historia en Apocalipsis.



De modo que la muerte no es una maldición, o un castigo permanente, cuando Dios le dijo a Adán que moriría, simplemente estaba profetizando la manera que traería la solución a su pecado. Dios ya sabía que Adán desobedecer al creador ya había diseñado la medicina, antes de la enfermedad, el antídoto antes del veneno de la serpiente.  Por eso es que el apóstol Pablo exalta a su salvador, por librarle de su cuerpo de muerte, miserable, contradictorio, voluble, incapaz de separar el bien del mal. Leamos Romanos 7:15-25 

“Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. Amo la ley de Dios con todo mi corazón, pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor.  Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado”. 
Así que nunca más vuelvas a tener temor a la Muerte, ve la muerte como el antídoto, la liberación de este cuerpo que desciende de Adán y Eva, donde entró éste virus de confusión, de mezcla entre el bien y el mal, que te confunde, te deprime, te llena de culpas. 

La mala noticia, es que nuestros progenitores Adán y Eva, pecaron y fueron confundidos, pero la buena noticia, es que el segundo Adán, el Hijo de Dios, se introdujo al mundo, para él mismo destruir por medio de su muerte, al que había confundido todo.


Leamos Hebreos 2:14-18 
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“Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre — el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues sólo como ser humano podía morir y sólo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte. También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo. Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas”.
Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.
Qué maravillosa buena noticia, vamos a concluir la lectura de Génesis 3 a partir del versículo 6: La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió. En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse. Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el hombre y su esposa oyeron al SEÑOR Dios caminando por el huerto. Así que se escondieron del SEÑOR Dios entre los árboles.

Entonces el SEÑOR Dios llamó al hombre: —¿Dónde estás? El hombre contestó: —Te oí caminando por el huerto, así que me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.  ¿Quién te dijo que estabas desnudo? —le preguntó el SEÑOR Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que te ordené que no comieras? El hombre contestó: —La mujer que tú me diste fue quien me dio del fruto, y yo lo comí. Entonces el SEÑOR Dios le preguntó a la mujer: —¿Qué has hecho? —La serpiente me engañó —contestó ella—. Por eso comí”. 


Consecuencias de haber comido del fruto del árbol del conocimiento o mezcla del bien y el mal: 

1. Vergüenza ante la desnudez. 
No tiene nada de malo estar desnudos, pero se siente vergüenza, por más que alguien trate de liberarse de la vergüenza, siempre está ahí, aunque trate de negarse.

2. Alejamiento de un Dios que es bueno, que es el Padre amoroso, pero deseamos escondernos, pensamos que es bueno, pero quizás también es malo y me va a causar dolor, por eso, mejor huyo de él. 

3. La gratitud e ingratitud mezcladas, anteriormente Adán estaba agradecido, porque Dios le dio una ayuda idónea, hueso de sus huesos y carne de su carne, y ahora, se queja de ella.

En resúmen, el haber comido del árbol del conocimiento del bien y el mal, nos tiene con una confusión y contradicción internas, de las cuales, sólo su palabra nos puede hacer libres, libres para discernir el bien y el mal. Sólo su palabra es la espada que discierne y separa aún dentro de nuestros tuétanos la mezcla y confusión entre el bien y el mal. 

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​Hebreos 4:12-13 “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas”.
Continuémos con Génesis 3 a partir del versículo 14 “Entonces el SEÑOR Dios dijo a la serpiente: Por lo que has hecho, eres maldita más que todos los animales, tanto domésticos como salvajes. Andarás sobre tu vientre, arrastrándote por el polvo durante toda tu vida”.

Una vez más, recordemos, que aunque aquí la traducción identifica a la serpiente dentro del reino animal, es simplemente por su conexión como ser vivo con ellos, y haberse manifestado en su ámbito. Comer polvo es una expresión metafórica de derrota o servidumbre, como dice en Isaías 49:23.

Volvamos a Génesis 3 a partir del verso 15: “Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón”.Ésta es la profecía divina sobre el descendiente de la mujer, que al final pisará la cabeza de la serpiente, expresión que implica el fin de su plan, de su propósito, de la idea con la cual fue creado; caos, mezcla, confusión, desorden. La serpiente morderá el talón, símbolo de la debilidad humana, la carne, el cuerpo con mezcla de bien y mal, que debe morir y resucitar, totalmente recreado, sin más mezcla entre bien y mal. Esta simiente, o descendencia de la mujer, es Yeshúa, el Hijo de Dios, tomando todo el juicio de muerte sobre nosotros, y resucitando para ser el primero de una nueva humanidad, que reconoce su maldad, que ahora en lugar de querer comer del árbol que causó confusión, ahora sólo quieren comer del árbol de vida eterna.

Leamos Isaías 53 “¿Quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el SEÑOR su brazo poderoso? Mi siervo creció en la presencia del SEÑOR como un tierno brote verde; como raíz en tierra seca. No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él. Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados! Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el SEÑOR puso sobre él los pecados de todos nosotros. Fue oprimido y tratado con crueldad, sin embargo, no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca. Al ser condenado injustamente, se lo llevaron. A nadie le importó que muriera sin descendientes; ni que le quitaran la vida a mitad de camino. Pero lo hirieron de muerte por la rebelión de mi pueblo. Él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie. Pero fue enterrado como un criminal; fue puesto en la tumba de un hombre rico.
Formaba parte del buen plan del SEÑOR aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del SEÑOR prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos. “Yo le rendiré los honores de un soldado victorioso, porque se expuso a la muerte. Fue contado entre los rebeldes. Cargó con los pecados de muchos e intercedió por los transgresores”. 

Vamos a cerrar la lectura de Génesis 3 a partir del versículo 16: “Luego le dijo a la mujer: Haré más agudo el dolor de tu embarazo, y con dolor darás a luz. Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti. Y al hombre le dijo: Dado que hiciste caso a tu esposa y comiste del fruto del árbol del que te ordené que no comieras, la tierra es maldita por tu culpa. Toda tu vida lucharás para poder vivir de ella.

Te producirá espinos y cardos, aunque comerás de sus granos. Con el sudor de tu frente obtendrás alimento para comer hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste formado. Pues fuiste hecho del polvo, y al polvo volverás. El paraíso perdido: el juicio de Dios.
Después, el hombre —Adán— le puso a su esposa el nombre Eva, porque ella sería la madre de todos los que viven. Y el SEÑOR Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa. Luego el SEÑOR Dios dijo: Miren, los seres humanos se han vuelto como nosotros, con conocimiento del bien y del mal. ¿Y qué ocurrirá si toman el fruto del árbol de la vida y lo comen? ¡Entonces vivirán para siempre!”.

​¿Con quién está hablando Dios? ¿Por qué habla en plural? ¿Por qué les dice a aquellos con quien habla que ellos también tienen conocimiento o mezcla de bien y mal? – Dios está hablando con su corte celestial, en esta corte celestial, hay agentes de bien y agentes de mal, hay también una mezcla, así como en la tierra.

Leamos como referencia de este tema el Salmo 8 ¿Hasta cuándo dictarán decisiones injustas que favorecen a los malvados? Hagan justicia al pobre y al huérfano; defiendan los derechos de los oprimidos y de los desposeídos. Rescaten al pobre y al indefenso; líbrenlos de las garras de los malvados. Pero esos opresores no saben nada; ¡son tan ignorantes! Andan errantes en la oscuridad mientras el mundo entero se estremece hasta los cimientos. Yo digo: «Ustedes son dioses; son todos hijos del Altísimo. Pero morirán como simples mortales y caerán como cualquier otro gobernante». Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra, porque todas las naciones te pertenecen”.

La verdadera
​adoración

Esta confusión entre el bien y el mal, durará hasta el fin de los tiempos, donde se juzgará la maldad y se hará separación entre los que mezclan, engañan, y causan tropiezo, y los que resucitarán incorruptibles como seres de luz, como las estrellas a perpetua eternidad.

Tal como dice Daniel 12:2-4 "
Se levantarán muchos de los que están muertos y enterrados, algunos para vida eterna y otros para vergüenza y deshonra eterna. Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre. Pero tú, Daniel, mantén en secreto esta profecía; sella el libro hasta el tiempo del fin, cuando muchos correrán de aquí para allá y el conocimiento aumentará”.

En los tiempos del fin, el conocimiento se aumentará, es decir, la mezcla, la confusión entre el bien y el mal. Pero, volvamos al cierre de Génesis 3. “Así que el SEÑOR Dios los expulsó del jardín de Edén y envió a Adán a cultivar la tierra de la cual él había sido formado. Después de expulsarlos, el SEÑOR Dios puso querubines poderosos al oriente del jardín de Edén; y colocó una espada de fuego ardiente —que destellaba al moverse de un lado a otro— a fin de custodiar el camino hacia el árbol de la vida”. 

Más consecuencias de haber comido del árbol falso; dolor, trabajo agotador, infructuoso, lucha de poder en el matrimonio, la creación entera llena de adversidades, y al final, la muerte. Pero, una vez más, todo esto no es malo, es simplemente el proceso por el cual toda la creación será purificada, y libertada de la esclavitud de la mezcla y confusión entre el bien y el mal. Leamos Romanos 8:19-39 como referencia: “Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, la creación espera el día en que se unirá junto con los hijos de Dios a la gloriosa libertad de la muerte y la descomposición. Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; y los creyentes también gemimos —aunque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura— porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza). 

Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios. Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos.

Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria. Nada puede separarnos del amor de Dios ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios esta a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra?

Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?¿Quién se atreve a acusarnos a nosotros, a quienes Dios ha elegido para sí?Nadie, porque Dios mismo nos puso en la relación correcta con él.

Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros. ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? (Como dicen las Escrituras: Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero). Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó. Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor”.
La muerte del que acepta comer del árbol de vida, en lugar del árbol del conocimiento del bien y el mal, es agradable a los ojos de su creador, ya que la muerte, es la destrucción de ésta mezcla, para crear una vasija nueva, gloriosa, sin el tumor maligno de la contradicción y la confusión entre el bien y el mal. 

Salmo 116:15  “A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman”.

1 Tesalonicenses 4:13-18 dice así:  “Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto, para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza. Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto. Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre. Así que anímense unos a otros con estas palabras”.

1 Corintios 15:20-26 con éste mismo tema: “Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.Así que, ya ven, tal como la muerte entró en el mundo por medio de un hombre, ahora la resurrección de los muertos ha comenzado por medio de otro hombre. Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva; pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese. Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad. Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte”.

​Ahora vayamos a los versículos 45 al 58 de éste mismo capítulo, 1 Corintios 15, y dice así: “Las Escrituras nos dicen: El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente, pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida. Lo que primero viene es el cuerpo natural, y más tarde viene el cuerpo espiritual. Adán, el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra, mientras que Cristo, el segundo hombre, vino del cielo. Los que son terrenales son como el hombre terrenal, y los que son celestiales son como el hombre celestial. Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como el hombre celestial.
Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre.  Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados. Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales.Entonces, cuando nuestros cuerpos mortales hayan sido transformados en cuerpos que nunca morirán, se cumplirá la siguiente Escritura: La muerte es devorada en victoria.Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón? Pues el pecado es el aguijón que termina en muerte, y la ley le da al pecado su poder. ¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil”.

​Te invito hoy a rechazar el engaño de la serpiente, la mezcla entre el bien y el mal, la confusión, la contradicción, los valores relativos, la división, y la arrogancia de que cada quien haga lo que bien le parece. Te invito a venir a la libertad de los principios eternos de bien y verdad absolutos, como está escrito en el Salmo 19:7-14 “Las enseñanzas del SEÑOR son perfectas, reavivan el alma. Los decretos del SEÑOR son confiables, hacen sabio al sencillo. Los mandamientos del SEÑOR son rectos, traen alegría al corazón. Los mandatos del SEÑOR son claros, dan buena percepción para vivir. La reverencia al SEÑOR es pura, permanece para siempre. Las leyes del SEÑOR son verdaderas, cada una de ellas es imparcial. Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal. Sirven de advertencia para tu siervo, una gran recompensa para quienes las obedecen. ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente! No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados. Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, Oh SEÑOR, mi roca y mi redentor”.

Juan 8:31-32 “Yeshúa les dijo a los que creyeron en él: —Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.
Génesis 2
Génesis 4

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