Lenguas de Confusión/Torre de Babel |
“Hubo un tiempo en que todos los habitantes del mundo hablaban el mismo idioma y usaban las mismas palabras”.
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Lenguas de Confusión |
Usaban las mismas palabras.
Esta frase del hebreo también podría traducirse como pocas palabras. Esto tiene sentido, considerando el inicio del conocimiento humano, donde sus palabras eran mucho más escasas que en la actualidad, ya que el conocimiento, la invención de nuevos productos e ideas, hacen surgir nuevas palabras. “Hubo un tiempo en que todos los habitantes del mundo hablaban el mismo idioma y usaban las mismas palabras (o pocas palabras). Al emigrar hacia el oriente, encontraron una llanura en la tierra de Babilonia y se establecieron allí. Comenzaron a decirse unos a otros: Vamos a hacer ladrillos y endurecerlos con fuego. (En esa región, se usaban ladrillos en lugar de piedra y la brea se usaba como mezcla). Entonces dijeron: Vamos, construyamos una gran ciudad para nosotros con una torre que llegue hasta el cielo. Eso nos hará famosos y evitará que nos dispersemos por todo el mundo. Pero el SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que estaban construyendo, y dijo: ¡Miren! La gente está unida, y todos hablan el mismo idioma. Después de esto, ¡nada de lo que se propongan hacer les será imposible!”. |
Una torre que llegue hasta el cielo.
La idea no era que los constructores subieran por esa torre, sino, que los dioses a quienes querían contactar bajaran. Eso es justo lo que sucede, cuando es el creador mismo, que baja a examinar lo que están haciendo. “Vamos a bajar a confundirlos con diferentes idiomas; así no podrán entenderse unos a otros. De esa manera, el SEÑOR los dispersó por todo el mundo, y ellos dejaron de construir la ciudad. Por eso la ciudad se llamó Babel, porque fue allí donde el SEÑOR confundió a la gente con distintos idiomas. Así los dispersó por todo el mundo. Este es el relato de la familia de Sem. Dos años después del gran diluvio, cuando Sem tenía cien años de edad, tuvo a su hijo Arfaxad. Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió quinientos años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Arfaxad tenía treinta y cinco años de edad, tuvo a su hijo Sala. Después del nacimiento de Sala, Arfaxad vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Sala tenía treinta años de edad, tuvo a su hijo Heber. Después del nacimiento de Heber, Sala vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Heber tenía treinta y cuatro años de edad, tuvo a su hijo Peleg. Después del nacimiento de Peleg, Heber vivió cuatrocientos treinta años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Peleg tenía treinta años de edad, tuvo a su hijo Reu. Después del nacimiento de Reu, Peleg vivió doscientos nueve años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Reu tenía treinta y dos años de edad, tuvo a su hijo Serug. Cuando Peleg tenía treinta años de edad, tuvo a su hijo Reu. |
Después del nacimiento de Reu, Peleg vivió doscientos nueve años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Reu tenía treinta y dos años de edad, tuvo a su hijo Serug. Después del nacimiento de Serug, Reu vivió doscientos siete años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Serug tenía treinta años de edad, tuvo a su hijo Nacor.
Después del nacimiento de Nacor, Serug vivió doscientos años más y tuvo otros hijos e hijas. Cuando Nacor tenía veintinueve años de edad, tuvo a su hijo Taré. Después del nacimiento de Taré, Nacor vivió ciento diecinueve años más y tuvo otros hijos e hijas. Después de que Taré cumpliera setenta años de edad, tuvo a Abram, a Nacor y a Harán. Este es el relato de la familia de Taré. Taré fue el padre de Abram, Nacor y Harán; y Harán fue el padre de Lot. Pero Harán murió en Ur de los caldeos —su tierra natal— mientras su padre Taré aún vivía. Durante ese tiempo, tanto Abram como Nacor se casaron. El nombre de la esposa de Abram era Sarai, y el nombre de la esposa de Nacor era Milca. (Milca y su hermana Isca eran hijas de Harán, el hermano de Nacor). Pero Sarai no podía quedar embarazada y no tenía hijos. Cierto día, Taré tomó a su hijo Abram, a su nuera Sarai (la esposa de su hijo Abram) y a su nieto Lot (el hijo de su hijo Harán) y salieron de Ur de los caldeos. Taré se dirigía a la tierra de Canaán, pero se detuvieron en Harán y se establecieron allí. Taré vivió doscientos cinco años y murió mientras aún estaba en Harán”. |
Torre de Babel vs. Shem
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Génesis 11, dos líneas de la humanidad:
Torre de babel vs. Valle de Shem. Isaías 40:3-8 “¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: ¡Abran camino a través del desierto para el SEÑOR! ¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía para nuestro Dios! Rellenen los valles y allanen los montes y las colinas; enderecen las curvas y suavicen los lugares ásperos. Entonces se revelará la gloria del SEÑOR y todas las personas la verán. ¡El SEÑOR ha hablado! Una voz dijo: ¡Grita! Y yo pregunté: ¿Qué debo gritar? Grita que los seres humanos son como la hierba. Su belleza se desvanece tan rápido como las flores en un campo. La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del SEÑOR. Y así sucede también con los seres humanos. La hierba se seca y las flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”. Construir una torre que llegue hasta el cielo. Para nuestra mentalidad del siglo XXI, esta idea de construir una torre que llegue hasta el cielo, obviamente es absurda, por el conocimiento científico que ahora tenemos. Ni siquiera con los cohetes o naves espaciales más modernas, podemos llegar a los confines del cielo, ni siquiera con los telescopios más avanzados, podemos saber cuán grande es el universo. De modo, que esta historia parece un cuento de niños, o una leyenda, o si es verdad, esa gente parecería que no era inteligente en absoluto. Esto es lo que pensarían muchos críticos de la Biblia, a menos, que entendamos la manera de pensar y concebir el universo y los cielos, que tenía la gente de esa época. Hay evidencias arqueológicas de este tipo de torres, justo en esta región de Mesopotamia, actual Irak, conocidas como zigurats, o edificaciones con escaleras, en forma de torres, construidas para rendir culto a diversos dioses. La idea de esta gente era crear un lugar de conexión entre el cielo y la tierra, no para que los humanos subieran, sino para que los dioses bajaran. Una especia de portal, donde los espíritus celestiales pudiesen bajar a la tierra e interactuar con los humanos. Para los que comenzamos a leer desde el principio de este libro de Génesis, esta idea no nos parece extraña, ya que simplemente es el intento, ahora humano, de repetir lo que ya sucedió en Génesis 6, y fue incluso, la causa del diluvio. En Génesis 6, descubrimos que los hijos de Dios, termino Bíblico, para referirse a seres espirituales, angelicales, (entre los cuales está satanás, según Job 1) codiciaron mujeres humanas, y se mezclaron sobrenaturalmente con ellas, creando una raza de gigantes, que trajeron violencia y toda clase de perversión a la descendencia de Adán y Eva, razón por la cual, Dios tuvo que hacer un “reset” o borrón y cuenta nueva, a través del diluvio y la familia de Noé. Sin embargo, aquí vemos una vez más, a la descendencia de Noé, con excepción de Sem, que se menciona a la mitad de este capítulo, rebelándose al mandamiento divino de llenar la tierra y mantener el pacto con Él. Leamos Génesis 9:1 “Después Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra”. Desafío a esta palabra de Dios: Génesis 11:4 que acabamos de leer: “Entonces dijeron: Vamos, construyamos una gran ciudad para nosotros con una torre que llegue hasta el cielo. Eso nos hará famosos y evitará que nos dispersemos por todo el mundo”. |
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La palabra Babel, en el contexto hebreo, tiene que ver con la confusión de las lenguas. En el contexto del idioma acadio, significa: el portal del cielo, o portal de Dios.
Babilonia, sería el plural de esta palabra que significaría: Portal de los dioses, o el lugar donde el ser humano deseó ser dirigido por los dioses, o ángeles caídos, en lugar del Dios Altísimo, creador de los cielos y la tierra. ¿Con cuál de las dos líneas humanas nos conectaremos? Con la línea de la Torre de Babel, que busca fama para sí misma, o con la línea de Shem que sólo le dará fama al nombre que es sobre todo nombre, Hashem – el nombre. ¿Trataremos de subir como el espíritu de Babilonia, o trataremos de bajar como el Espíritu del Altísimo? que nos ha dado el más grande ejemplo. Isaías 14:1-23 dice lo siguiente: “Pero el SEÑOR tendrá misericordia de los descendientes de Jacob y una vez más elegirá a Israel como su pueblo especial. Lo hará regresar para que se establezca otra vez en su propia tierra. Y gente de varias naciones vendrá para encontrarse con ellos y unirse al pueblo de Israel. Las naciones del mundo ayudarán a que el pueblo del SEÑOR regrese, y los que vengan a vivir en su tierra los servirán. Los que conquistaron a Israel, ellos mismos serán capturados, e Israel gobernará a sus enemigos. En aquel día maravilloso cuando el SEÑOR le dé descanso a su pueblo de sus angustias y temores, de la esclavitud y de las cadenas, te mofarás del rey de Babilonia y dirás: El hombre poderoso ha sido destruido. Sí, se acabó tu insolencia. Pues el Señor aplastó tu poder malvado y puso fin a tu reino perverso. Atacabas al pueblo con incesantes golpes de furia y dominabas a las naciones dentro de tu poder sofocante con una tiranía implacable. Sin embargo, finalmente la tierra está en reposo y tranquila. ¡Ahora puede volver a cantar! Hasta los árboles del bosque —los cipreses y los cedros del Líbano— cantan esta alegre canción: «¡Dado que te talaron, nadie vendrá ahora para talarnos a nosotros!». |
En el lugar de los muertos hay mucha emoción por tu llegada. Los espíritus de los líderes mundiales y de los reyes poderosos que murieron hace tiempo se ponen de pie para verte llegar.
Todos exclaman a una voz: «¡Ahora eres tan débil como nosotros! Tu poder y tu fuerza fueron enterrados contigo. En tu palacio ha cesado el sonido del arpa. Ahora los gusanos son tu sábana y las lombrices, tu manta». ¡Cómo has caído del cielo, oh estrella luciente, hijo de la mañana! Has sido arrojado a la tierra, tú que destruías a las naciones del mundo. Pues te decías a ti mismo: «Subiré al cielo para poner mi trono por encima de las estrellas de Dios. Voy a presidir en el monte de los dioses, muy lejos en el norte. Escalaré hasta los cielos más altos y seré como el Altísimo». En cambio, serás bajado al lugar de los muertos, a las profundidades más hondas. Allí todos te mirarán y se preguntarán: «¿Puede ser éste el que sacudía la tierra y hacía temblar a los reinos del mundo? ¿Es éste el que destruyó el mundo y lo convirtió en una tierra baldía? ¿Es éste el rey que demolía las grandes ciudades del mundo y no tenía compasión de sus prisioneros?». Los reyes de las naciones yacen en gloria majestuosa, cada cual en su propia tumba, pero tú serás sacado de tu sepultura como una rama inútil. Como un cadáver pisoteado bajo los pies, serás arrojado a una fosa común con los que murieron en batalla. Descenderás al abismo. No te darán un entierro apropiado, porque destruiste a tu nación y masacraste a tu pueblo. Los descendientes de una persona tan malvada nunca más recibirán honra. ¡Maten a los hijos de este hombre!, ¡que mueran por los pecados de su padre! Que no se levanten para conquistar la tierra, y llenar el mundo con sus ciudades. Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: ¡Yo, yo mismo me he levantado contra Babilonia! Destruiré a sus hijos, y a los hijos de sus hijos —dice el SEÑOR. Convertiré a Babilonia en un lugar desolado, tierra de búhos, lleno de pantanos y de ciénagas; barreré la tierra con la escoba de la destrucción”. ¡Yo, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, he hablado”. |
Contraste con la carta del apóstol Pablo a los Filipenses 2:1-11
“¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? Entonces, háganme verdaderamente feliz poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes, amándose unos a otros y trabajando juntos con un mismo pensamiento y un mismo propósito. No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, (Yeshúa en hebreo) se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Yeshúa, el ungido, el Rey, el sumo sacerdote, el profeta, es el Señor para la gloria de Dios Padre”. |
Verdadera Restauración:
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Lucas 14:11
“Pues aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados”. Hace casi dos mil años, comenzó la restauración de la Torre de Babel, ¿seremos parte de ella? En el libro de los Hechos 2, durante la fiesta de Pentecostés, se documenta el momento en que Yeshúa, nuestro más grande ejemplo de humildad a seguir, después de haber descendido a lo más bajo, ascendió a los más alto, y derramó de su espíritu, para que todos podamos ser como él, para que dejemos de estar divididos a causa de nuestro orgullo. Y, en Apocalipsis, se consuma la historia, cuando gente de toda tribu, lengua, y nación adoran al nombre sobre todo nombre, dejando a un lado sus diferencias, y reconociendo que sólo Él es digno de toda la fama, toda la gloria, y toda la alabanza. Apocalipsis 5:9 “Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras: Tú eres digno de tomar el rollo y de romper los sellos y abrirlo. Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación”. Se cierra la cita. Una vez más, nos encontramos con las mismas condiciones de la Torre de Babel, a través de la tecnología, ahora la humanidad se está comunicando y poniendo de acuerdo para rebelarse conta la palabra de Dios, y sus valores. ¿Seremos parte de esta rebelión, o seremos como Shem? ¿Estamos listos para ir más allá, donde no habrá más contiendas, donde sabremos que habrá paz? Donde tendremos que callar, para escucharle hablar, donde todo es realidad, y el tiempo no existe más. ¿Es Yeshúa el testigo fiel, nuestro amigo fiel, a quien queremos imitar? Los invito a orar juntos: Yeshúa, mi fiel amigo, mi dulce caminar, quédate conmigo, no quiero volver atrás. Llévame allá, donde sé que habrá paz, donde tengo que callar, para escucharte hablar, donde todo es realidad, y el tiempo no existe más. Una y otra vez, al estar yo junto a ti, no me puedo contener, cuando me miras así, ya no hay nada que decir, tú eres todo para mí. Yeshúa, mi fiel amigo. Amén. Esto es Simplemente Descubre la Biblia, simple. Esta oración fue inspirada en la canción: Jesús mi fiel amigo, de nuestro compañero de milicia, Abel Zavala. |