La vida de nuestro padre Abraham: carpas y altares. |
¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos!
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Temporalidad vs. Eternidad |
“Entonces Abram salió de Egipto junto con su esposa, con Lot y con todo lo que poseían, y viajó hacia el norte, al Neguev. (Abram era muy rico en ganado, plata y oro). Desde el Neguev, continuaron viajando por tramos hacia Betel y armaron sus carpas entre Betel y Hai, donde habían acampado antes. Era el mismo lugar donde Abram había construído el altar, y allí volvió a adorar al SEÑOR. Lot, quien viajaba con Abram, también se había enriquecido mucho con rebaños de ovejas y de cabras, manadas de ganado y muchas carpas. Pero la tierra no era suficiente para sustentar a Abram y a Lot si ambos vivían tan cerca el uno del otro con todos sus rebaños y manadas. Entonces surgieron disputas entre los que cuidaban los animales de Abram y los que cuidaban los de Lot. (En aquel tiempo, también vivían en la tierra los cananeos y los ferezeos). Finalmente, Abram le dijo a Lot: No permitamos que este conflicto se interponga entre nosotros o entre los que cuidan nuestros animales. Después de todo, ¡somos parientes cercanos! Toda la región está a tu disposición. Escoge la parte de la tierra que prefieres, y nos separaremos. Si tú quieres la tierra a la izquierda, entonces yo tomaré la tierra de la derecha. Si tú prefieres la tierra de la derecha, yo me iré a la izquierda. Lot miró con detenimiento las fértiles llanuras del valle del Jordán en dirección a Zoar. Toda esa región tenía abundancia de agua, como el jardín del SEÑOR o la hermosa tierra de Egipto. (Esto ocurrió antes de que el SEÑOR destruyera Sodoma y Gomorra). Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, que estaba situado al oriente. Se separó de su tío Abram y se mudó allí con sus rebaños y sus siervos. Entonces Abram se estableció en la tierra de Canaán, y Lot movió sus carpas a un lugar cerca de Sodoma y se estableció entre las ciudades de la llanura. Pero los habitantes de esa región eran sumamente perversos y no dejaban de pecar contra el SEÑOR. Después de que Lot se fue, el SEÑOR le dijo a Abram: Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente. Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como posesión permanente. ¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos! Recorre toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego. Entonces Abram mudó su campamento a Hebrón y se estableció cerca del robledo que pertenecía a Mamre, y allí construyó otro altar al SEÑOR”.
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Una vez más, vemos en este capítulo, el mismo patrón de conducta de nuestro padre Abraham. Incluso, ante el típico conflicto familiar, o matrimonial, cuando los bienes materiales están en conflicto. Lecciones a aprender de Lot, lo que no se debe de hacer:
1.- Lot acudió al llamado del Dios de Abram, siguió a su tío, pero le faltó renunciar al mundo. Muchos podemos cometer el mismo error, decirle sí al llamado celestial, pero nunca le decimos no al mundo y sus tentaciones. 2.- Lot levantó sus ojos, pero no lo suficiente, en lugar de mirar al cielo para decidir dónde edificar a su familia, levantó su mirada sólo hasta el nivel de la prosperidad económica, que Sodoma le traería. 3.- Por consiguiente, no puso en primer lugar a su tio anciano. Lecciones a aprender de nuestro padre Abraham: Lo que sí debemos hacer: 1.- Buscó la paz familiar con su sobrino, lo puso en primer lugar, y le dio a escoger lo que prefiriera. Por supuesto que Lot, incluso a pesar de ser un hombre justo como dice el apóstol Pedro en 2 Pedro 2:6-8 que leeremos a continuación: “Tiempo después, Dios condenó las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a montones de cenizas. Las puso como ejemplo de lo que le sucederá a la gente que vive sin Dios. Sin embargo, Dios también rescató a Lot y lo sacó de Sodoma, porque Lot era un hombre recto que estaba harto de la vergonzosa inmoralidad de la gente perversa que lo rodeaba. Así es, Lot era un hombre recto atormentado en su alma por la perversión que veía y oía a diario”. |
Así que, a pesar de esto, Lot cometió grandes rrores, que le costarían su familia, como descubriremos más adelante.
2.- Abram le enseñó a su sobrino Lot, y por extensión a todos nosotros, que son más valiosos los lazos familiares que todas las causas de conflicto que pudiéramos tener, en especial, por dinero, o bienes materiales. Leamos Génesis 13:8 “Finalmente, Abram le dijo a Lot: No permitamos que este conflicto se interponga entre nosotros o entre los que cuidan nuestros animales. Después de todo, ¡somos parientes cercanos!”. 3.- Abram no menospreció la juventud de su sobrino, poniéndose él como anciano en primer lugar. George Washington, presidente de los Estados Unidos, dijo lo siguiente: “Cuando estén un anciano y un joven en la misma habitación, el anciano, nunca debe mencionarlo, y el joven nunca debe olvidarlo”. Abram lo hizo sabiamente, no mencionó su liderazgo por su edad, pero tristemente su sobrino eligió olvidarlo. 4.- Abram siguió con su costumbre de vivir en carpas temporales, y edificar altares de piedra para el Dios eterno. Como resultado de esta actitud de humildad, deferencia, y amor al prójimo, de nuestro padre Abraham, Dios le promete una tierra mucho más amplia, hermosa, y perdurable de lo que Lot eligió. |
Frutos de humildad
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Veamos Génesis 13:14-18
“Después de que Lot se fue, el SEÑOR le dijo a Abram: Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente. Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como posesión permanente. ¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos! Recorre toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego. Entonces Abram mudó su campamento a Hebrón y se estableció cerca del robledo que pertenecía a Mamre, y allí construyó otro altar al SEÑOR”. Nota interesante: Génesis 13:3-4 “Desde el Neguev, continuaron viajando por tramos hacia Betel y armaron sus carpas entre Betel y Hai, donde habían acampado antes. Era el mismo lugar donde Abram había construido el altar, y allí volvió a adorar al SEÑOR”. Este texto, dice que Abram, volvió a construir su carpa entre Betel y Hai, y allí construyó su altar de costumbre. Betel, significa: casa de Dios, y Hai significa: ruina. Interesante lugar para acampar, entre un lugar que se llama: casa de Dios, y otro que se llama ruina. Exactamente igual que nosotros, nos encontramos en una etapa intermedia en la tierra, acampando temporalmente en este mundo dirigido hacia la ruina, esperando el mundo por venir, la casa de Dios, donde moraremos con Él para siempre. |
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Verdadera Restauración:
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Finalmente, leamos nuevamente: Génesis 13:18
“Entonces Abram mudó su campamento a Hebrón y se estableció cerca del robledo que pertenecía a Mamre, y allí construyó otro altar al SEÑOR”. Abraham muda su campamento a la ciudad de Hebrón, la palabra Hebrón significa: comunión. Nuestro padre Abraham, despreció la modernidad, la sofisticación, y abundancia de Sodoma, y prefirió seguir acampando en comunión con Dios, edificando altares, y preparándose para la eternidad. ¿Seguiremos sus pisadas? Leamos Marcos 10:28-31 “Entonces Pedro comenzó a hablar. —Nosotros hemos dejado todo para seguirte —dijo. —Así es —respondió Yeshúa—, y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna. Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes”. Oremos: Padre, te damos gracias, por enseñarnos el ejemplo, y conducta de nuestro padre Abraham. Líbranos de cometer el error de Lot, de seguir el llamado celestial, pero seguir codiciando las Riquezas temporales de este mundo. Ayúdanos a vivir como nuestro padre Abraham, reconociendo que nada de lo que este mundo Puede ofrecernos, se compara con tener comunión contigo. Te lo rogamos, en el nombre de nuestro amado Yeshúa, tu hijo, un verdadero hijo de Abraham, que renunció a todo por tener comunión eterna contigo. En su nombre y por sus méritos oramos. Amén. Esto es Simplemente Descubre la Biblia simple. Los espero en el próximo capítulo. |