La simiente santa que salva al mundo |
¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Panorama profético de la historia de la humanidad
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“El SEÑOR se le apareció otra vez a Abraham cerca del robledo que pertenecía a Mamre. Un día, Abraham estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día. Entonces levantó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de allí. Cuando los vio, corrió a recibirlos, y se inclinó hasta el suelo en señal de bienvenida. —Mi señor —dijo él—, si le agrada, deténgase aquí un rato. Descansen bajo la sombra de este árbol mientras les traen agua para lavarse los pies. Ya que han honrado a su siervo con esta visita, permítanme prepararles comida para que recobren fuerzas antes de continuar su viaje. —Está bien —dijeron ellos—. Haz lo que dijiste. Entonces Abraham volvió corriendo a la carpa y le dijo a Sara: ¡Apresúrate!
Toma tres medidas abundantes de la mejor harina que tengas, amásala y hornea pan”. Abraham y Sara ofrecen de comer 3 medidas de harina al Señor. En el capítulo anterior, descubrimos el plan del rescate del mundo a través de la simiente o esperma de Abraham. El misterio que le fue revelado al apóstol Pablo, y que lo hizo el más grande misionero de la historia, es que los gentiles, o extranjeros, que estaban abandonando su idolatría, y aceptando a Yeshúa como su Señor y Salvador, eran descendientes de las ovejas perdidas de la casa de Israel, que Yeshúa como buen pastor vino a rescatar. Leamos Mateo 15:24 “Entonces Yeshúa le dijo a la mujer: —Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel”. Yeshúa dijo que el reino de los cielos era semejante a la levadura que una mujer puso en tres medidas de harina y todo fue leudado. Mateo 13:33 “Jesús también usó la siguiente ilustración: El reino del cielo es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso sólo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa”. . El paralelismo es obvio, la mujer de esta parábola representa a Sara, preparando pan, para ofrecer al Creador y comer con Él, sinónimo de comunión. La simiente de Abraham, Isaac, y Yacov, se mezclaría entre todas las naciones (tres hijos de Noé), y al final de los tiempos, recibiría el espíritu de vida para rescatar al mundo, y restaurar la comunión interrumpida con el Creador, a causa de la idolatría del mundo. |
Isaías 6:13 dice lo siguiente: “Y si aún queda una décima parte del pueblo, también será destruida, como cuando se corta un roble o una encina, y sólo queda el tronco”. (Pero de ese tronco saldrá un retoño sagrado). .
Juan 8:56-59 dice lo siguiente: “Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría. Entonces la gente le dijo: —Ni siquiera tienes cincuenta años. ¿Cómo puedes decir que has visto a Abraham? Jesús contestó: —Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy! En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo”. Génesis 18, la simiente santa que salva al mundo. Panorama profético de la historia de la humanidad. Leamos Lucas 17:26-30 “Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. En esos días, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los destruyó a todos. El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de sus quehaceres diarios —comían y bebían, compraban y vendían, cultivaban y edificaban— hasta la mañana en que Lot salió de Sodoma. Entonces llovió del cielo fuego y azufre ardiente, y destruyó a todos. Sí, será «todo como siempre» hasta el día en que se manifieste el Hijo del Hombre”. En este capítulo 18 de Génesis, tenemos una especie de tráiler de una película, o avances de la historia entera de la humanidad. En el capítulo 17, leímos la introducción a este plan, el pacto divino con Abraham, y su descendencia, a través de Isaac que, con la señal del pacto de la circuncisión, se comprometían a vivir de acuerdo al espíritu, y no a los deseos de la carne, dar prioridad a la espiritualidad, por encima de los placeres temporales del mundo, lo cual aseguraría su preservación. La comida de comunión de Abraham y Sara con Dios y los ángeles, que la acompañan antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, si lo conectamos con las palabras de Yeshúa sobre los últimos tiempos, entonces, representarían la cosecha final de almas, representadas en las tres medidas de harina con la levadura. |
En este caso, representando la simiente de Abraham, que se mezclaría entre las naciones, para establecer el reino de los cielos en todo el mundo, y acabar con la idolatría de la Torre de Babel.
No cabe duda, que vivimos en tiempos como los de Sodoma y Gomorra, muy pronto el Señor vendrá a juzgar al mundo por todas sus perversiones, pero antes de hacerlo, tendrá una comida de comunión con la descendencia de Abraham, y Sara, con el hijo de la promesa, que le hará sonreír, cuando vea la abundancia de fruto de su promesa eterna e inquebrantable. Leamos Isaías 6: Llamamiento de Isaías “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, el Eterno de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, al Señor de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved, por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; hasta que el Señor haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra. Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa”. |
La descendencia del Justo.
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Isaías 53:10-11 “Formaba parte del buen plan del SEÑOR aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del SEÑOR prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos”.
Oremos juntos: Padre nuestro, Dios de Abraham, Isaac, y Yacov, nunca como en esta generación, podemos ser testigos del cumplimiento de tus profecías, parábolas, paralelismos, para mandarnos pistas, de que el tiempo del juicio para el mundo ha llegado, pero antes de que lo hagas, rescatarás a la simiente santa de Abraham, alzarás tu rostro sobre nosotros, sonreirás de alegría, al ver esta gran cosecha de hijos pródigos que volvieron a casa después de estar muertos y perdidos. Gracias por revelarnos este misterio para nosotros, y para nuestros hijos, por los méritos de Yeshúa, el hijo de la promesa. Amén. Una vez más: Génesis 18:18-19 “Pues Abraham sin duda llegará a formar una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de él. Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del SEÑOR haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré por Abraham todo lo que he prometido”. Esto es: Simplemente Descubre la Biblia simple. Les espero en el próximo episodio. |
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