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EP 22: GÉNESIS 22

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El sacrificio de Isaac.

"Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío
contestó Abraham. Así que ambos siguieron caminando juntos”.

Sacrificando lo más preciado

En el capítulo anterior, el padre de la fe, nuestro padre Abraham, nos da una lección de confianza en las promesas y cuidado divino para su hijo Ismael, despidiéndolo, y mandándolo al desierto a tener su propio encuentro con Dios, sin seguir como papá usando sus propios recursos y fuerzas.

En este capítulo nos da otra lección, ahora de amor, y devoción a su creador, por encima de sus propias emociones, al estar dispuesto a sacrificar a su propio hijo por amor. Esta escena de un padre sacrificando a su hijo por amor, y recibiendo como resultado la promesa de bendecir al mundo, se resumiría dos mil años después, en el versículo más famoso de la Biblia: Juan 3:16:

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Descubramos algunos paralelismos que no pueden ser coincidencia, entre dos padres que aman sin límite, y dos hijos obedientes hasta la muerte: A Dios se le conoce en la profecía de Daniel, como el anciano de días. Abraham, es un anciano al sacrificar a su hijo. El nacimiento de Isaac y Yeshúa, fueron milagrosos. Ambos nacimientos, fueron anunciados años antes.El nombre de Isaac significa: se reirá, justo lo que sucede cuando alguien descubre la salvación en Yeshúa, que trae vida eterna al mundo.

Leamos Isaías 53:11

“Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos”. ​
Hebreos 12:2
“Esto lo hacemos al fijar la mirada en Yeshúa, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Yeshúa soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios”. 

El lugar del sacrificio de ambos hijos sería en los montes Moriah, en Jerusalén. Moriah, significa el lugar de la enseñanza divina, donde Dios dejaría la lección eterna de su amor por el mundo, salvándolo a través de la semilla de Abraham. Abraham e Isaac, caminaron tres días rumbo al lugar del sacrificio, al igual que Yeshúa, y su padre caminaron por el valle de muerte tres días, y al tercero resucitó, lo cual también sucedió alegóricamente con Isaac. (Según tradición judía, Isaac tenía alrededor de 30 años cuando esto sucedió, igual que Yeshúa). Hebreos 11:17-19 dice lo siguiente:“Fue por la fe que Abraham ofreció a Isaac en sacrificio cuando Dios lo puso a prueba. Abraham, quien había recibido las promesas de Dios, estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo, Isaac, aun cuando Dios le había dicho: Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes. Abraham llegó a la conclusión de que, si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los Muertos”.

Abraham creyó en la resurrección de su hijo, y le dijo a los jóvenes que le acompañaban, que volverían juntos, de la misma manera que nosotros creemos que Yeshúa volverá.
Génesis 22:5 “Quédense aquí con el burro —dijo Abraham a los siervos—. El muchacho y yo seguiremos un poco más adelante. Allí adoraremos y volveremos enseguida”. 

Isaac cargó la leña rumbo al monte, de la misma manera que Yeshúa llevó la cruz al calvario. Abraham llevaba el fuego, símbolo del juicio, y purificación, que de igual manera nuestro Padre celestial derramaría su juicio en Yeshúa, para traer purificación de pecado a todos los que creyéramos en Él. Abraham llevaba también un cuchillo, representando la lanza que traspasaría el costado de Yeshúa, para traer sanidad de todas nuestras dolencias que causan muerte.

Isaías 53:5
“Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados”.

Isaac fue atado por su padre. Génesis 22:9
“Cuando llegaron al lugar indicado por Dios, Abraham construyó un altar y colocó la leña encima. Luego ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar, encima de la leña”. Este acontecimiento, se conoce en la tradición judía como: la akeda de Isaac, o la atadura de Isaac, reconocida como un gran mérito e Isaac, ya que, según esta tradición, Isaac le dijo a su papá Abraham, que lo atara fuerte para evitar que por temor se fuera a escapar, ya que su papá era anciano, y es obvio que si Isaac no hubiese sido obediente, podía escaparse fácilmente.
La obediencia que da Salvación
Incluso, en los rezos diarios en las sinagogas, todo judío invoca este mérito de Isaac, para que sea aplicado a favor de todos los pecados de Israel, es decir, que por la obediencia de Isaac, Dios perdone todas las desobediencias de Israel. Es impresionante, que todo judío, aunque no crea en Yeshúa de Nazareth, ora todos los días, por ser perdonado por los méritos de Isaac quien, en el Nuevo Testamento, es claramente una figura que representa a Yeshúa, por algo Yeshúa dijo en la cruz: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Juan 18:12 dice lo siguiente: “Así que los soldados, el oficial que los comandaba y los guardias del templo arrestaron a Jesús y lo ataron”. 

Lucas 23:33-34 dice lo siguiente: “Cuando llegaron a un lugar llamado La Calavera, lo clavaron en la cruz y a los criminales también, uno a su derecha y otro a su izquierda. Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Abraham profetizó que en ese monte, Dios proveería el cordero del sacrificio, lo cual, en efecto sucedió.

Génesis 22:8“ —Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío —contestó Abraham. Así que ambos siguieron caminando juntos”. 
Juan 1:29 “Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: ¡Miren! ¡El cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”. 
Abraham recibe la promesa de heredar el mundo, a través de su descendencia, por haber estado dispuesto a sacrificar a su hijo. Abraham, entendió el principio de la siembra, y la cosecha, estuvo dispuesto a salvar al mundo al sembrar su semilla, y esperar el milagro de la resurrección. ​

Él sabía que el decreto divino para la descendencia de Adán, a causa de su pecado, era la muerte, y anhelaba ser el padre que rectifica el pecado de su antepasado Adán, al sacrificar a su hijo, en rescate de una humanidad culpable por el pecado, de igual manera, Isaac, está dispuesto a rectificar todas las desobediencias de la descendencia de Adán, ofreciendo su obediencia como medio de justicia para que Dios libre de la muerte al mundo.

Leamos lo que dice: Romanos 5:12-19 “Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron. Es cierto, la gente ya pecaba aun antes de que se entregara la ley; pero no se le tomaba en cuenta como pecado, porque todavía no existía ninguna ley para violar. Sin embargo, desde los tiempos de Adán hasta los de Moisés, todos murieron, incluso los que no desobedecieron un mandamiento explícito de Dios como lo hizo Adán. Ahora bien, Adán es un símbolo, una representación de Cristo, quien aún tenía que venir; pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo; y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser declarados justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo. Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos”. 
Así que, esta escena, solo sería el trailer de la película de la vida real, donde con un sacrificio, una vez y para siempre, Dios libraría de la muerte a una descendencia de Abraham, que Él llamaría para heredar las naciones y vivir en inmortalidad.

​Juan 12:20-24 dice lo siguiente: “Algunos griegos que habían ido a Jerusalén para celebrar la Pascua le hicieron una visita a Felipe, que era de Betsaida de Galilea. Le dijeron: Señor, queremos conocer a Jesús. Felipe se lo comentó a Andrés, y juntos fueron a preguntarle a Jesús. Jesús respondió: Ya ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria. Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas”. 
Hebreos 2:14-18 “Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre — el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues sólo como ser humano podía morir y sólo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte. También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo. Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas”.  Al final de este maravilloso capítulo profético de Génesis, Moisés, escribe una genealogía que parecería no tener conexión con el sacrificio de Isaac, o de Yeshúa, pero recordemos que todo lo que escribió Moisés, y los profetas, apuntan a Cristo, así que es obvio, que esta genealogía donde se menciona Rebeca, la futura esposa de Isaac, es también una pista del fruto del sacrificio y muerte de Yeshúa, que le traería una esposa que daría de beber a diez camellos.

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Así que, esta escena, solo sería el trailer de la película de la vida real, donde con un sacrificio, una vez y para siempre, Dios libraría de la muerte a una descendencia de Abraham, que Él llamaría para heredar las naciones y vivir en inmortalidad.
Oremos juntos:
(La siguiente oración, es la que mencioné anteriormente, que hace todo judío observante, durante su oración matutina. Esta oración, está escrita en el sidur, o libro de rezos judío, y con ella podemos comprobar que la esperanza de todo judío es ser salvado por los méritos de Isaac, que, para el cristiano, es una figura de Yeshúa, así que oremos juntos, cristianos y judíos, por la misma salvación de nuestros pecados, por medio del hijo de la promesa dada a nuestro padre Abraham). Sea Tu voluntad oh Eterno Dios nuestro, y Dios de nuestros padres, que te colmes de misericordia hacia nosotros, y de este modo, por la abundancia de Tu misericordia, recuerda para nosotros la atadura a la que fue sometido nuestro padre Itzjak, hijo de nuestro padre Abraham, de bendita memoria. Y, contempla sus cenizas, a fin de tener piedad de nosotros y abolir todos los decretos duros y nefastos, que pesen sobre nosotros. Y haz que alcancemos el mérito de retornar a Tu presencia, con un arrepentimiento sincero. Sálvanos de la mala inclinación, y de todo pecado e iniquidad, y alarga nuestros días para bien, y nuestros años con dulzura. Soberano, del universo, así como nuestro padre Abraham reprimió su compasión, para conformarse a Tu voluntad con todo su corazón, del mismo modo, prevalezca Tu misericordia sobre Tu ira, y Tu indulgencia, sobre los atributos de Tu estricta justicia. Actúa hacia nosotros, oh Eterno, Dios nuestro, con los atributos de Tu gracia, y Tu clemencia; y no nos juzgues de acuerdo a las normas de Tu estricta justicia. Y por Tu inmensa bondad, que Tu ira se aparte de Tu pueblo, de Tu ciudad, de Tu tierra, de Tu heredad. Y cumple, oh Eterno, Dios nuestro, la promesa que nos hiciste en Tu Toráh, por intermedio de tu siervo Moshé, como está escrito: “Y recordaré mi alianza con Yaacob, con Itzjak, y con Abraham. Y También de la tierra me he de acordar”. (Vayikrá 26:42 - Levítico 26:42). Y también está escrito: “Y aun estando en la tierra de sus enemigos, no por ello les he desdeñado, ni repudiado para exterminarlos, y anular Mi alianza con ellos, porque Yo soy el Eterno su Dios”. (Vayikrá 26:44 - Levítico 26:44). 

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​Y, está escrito: “Y me acordaré de Mi pacto con tus antepasados, a los que saqué de tierra de Mitsráyim, a la vista de los pueblos, para ser Yo su Dios. Yo soy el Eterno”. (Vayikrá 26:45 - Levítico 26:45).  Y, está escrito: “Y, el Eterno, tu Dios, te hará retornar del cautiverio, y t compadecerá, y te reunirá, entre todos los pueblos en los que el Eterno te había dispersado. Y, aunque hubieses sido exiliado hasta las extremidades de los cielos, desde allá te reunirá el Eterno, tu Dios, te traerá a la tierra que heredaron tus padres, y tú la heredarás; te beneficiará, y te multiplicará más que a tus antepasados”. (Debarim 30:3 – Deuteronomio 30:3) Y, ha sido dicho por medio de Tus profetas: “Oh! Eterno, concédenos Tu gracia, porque en Ti hemos esperado, sé Tú nuestro brazo por la mañana, y nuestra salvación, en tiempo aciago”. (Yeshayahu 33:2 – Isaías 33:2) Y también está escrito: “Es un momento de tribulación para Ya’akob, pero de él será librado”. (Yirmiyahu 30:7 – Jeremías 30:7) Y está escrito: “En todas sus tribulaciones, él también se ha afligido; y el ángel que está en Su presencia por Su amor, y Su piedad, los redimirá; los tomará, y los elevará por siempre jamás”. (Yeshayahu 63:9 – Isaías 63:9) Y está escrito: “Qué Dios es como Tú, ¿Que perdona la iniquidad y pasa por alto las transgresiones a los remanentes de su heredad? Él no guarda para siempre su ira, sino que se complace en la benevolencia. Volverá a compadecerse de nosotros, someterá nuestras iniquidades. Y, Tú arrojarás a las profundidades del mar todos sus pecados. Otorgarás verdad a Ya’akob, benevolencia a Abraham, como juraste a nuestros antepasados en los días de antaño”. (Mijá 7:18 – Miqueas 7:18) Y, está escrito: “Yo los llevaré al monte de Mi santidad, y los recrearé en la casa de Mi oración; sus holocaustos y sacrificios serán gratos para Mi altar. Pues, Mi casa, será llamada casa de oración para todos los pueblos”. (Yeshayahu 56:7 – Isaías 56:7)
Gracias Yeshúa, porque tú escuchas las oraciones diarias de tu pueblo Israel, y sin duda has sido, eres, y serás su salvación. Amén.

Esto es Simplemente Descubre la Biblia simple. Les espero en el próximo capítulo.
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