Pacto divino con Israel |
Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob. A partir de ahora
tu nombre será Israel. Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel.
Entonces Dios dijo: Yo soy El-Shaddai: Dios Todopoderoso. Sé fructífero y
multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas
naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes!
tu nombre será Israel. Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel.
Entonces Dios dijo: Yo soy El-Shaddai: Dios Todopoderoso. Sé fructífero y
multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas
naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes!
Nueva Identidad. |
En este capítulo, Yacov regresa a Betel, y recibe confirmación de su nueva identidad como Israel.
También, recibe la promesa de heredar la tierra jurada a Abraham, e Isaac, y no sólo eso, heredar el mundo entro a través de su descendencia, que serían reyes de naciones, confirmando lo que ya descubrimos en Génesis 17. Versículos 1 al 15: Israel, una nación, y un conjunto o congregación de naciones. Génesis 35:1 “Entonces le Dios dijo a Jacob: ¡Prepárate! Múdate a Betel, establécete allí y edifica un altar a Dios, quien te apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. |
Después de la tragedia familiar, de la violación de su hija Dina, la venganza de sus hijos matando a todo un pueblo, las palabras divinas, tiernas, y llenas de misericordia le aseguran a Yacov, un nuevo comienzo, y que nada le separará de su amor, que sus dones y llamamiento son irrevocables.
Como está escrito en: Romanos 8:35-39 “¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? (Como dicen las Escrituras: Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero). |
Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó. Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor”. |
Romanos 11:29
“Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables”. Génesis 35:2-3 dice lo siguiente: “Entonces Jacob les dijo a todos los de su casa: Desháganse de todos sus ídolos paganos, purifíquense y pónganse ropas limpias. Ahora vamos a Betel, donde edificaré un altar al Dios que respondió a mis oraciones cuando yo estaba angustiado. Él ha estado conmigo en todos los lugares por donde anduve”. Es la gracia de Dios, su benignidad, la que nos guía al arrepentimiento. |
Romanos 2:4
“¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?”. Como fruto del amor y cuidado perseverante de Dios, Yacov exhorta a su familia a purificarse, deshacerse del botín y los ídolos que sacaron de Siquem. Génesis 35:4 dice lo siguiente: “Entonces le entregaron a Jacob todos los ídolos paganos que conservaban y también los aretes, y él los enterró bajo el gran árbol que está cerca de Siquem”. |
Yacov entierra los ídolos debajo de un árbol, simbólico de lo que hacemos cuando caemos rendidos, ante el árbol con que se hizo la cruz del calvario. Ya no más amantes, ya no más infidelidad, el carpintero que se convirtió en el madero de un árbol, es el único digno de nuestra adoración. Génesis 35:7 dice: “Allí Jacob edificó un altar y llamó al lugar El-betel (que significa Dios de Betel), porque Dios se le había aparecido allí cuando huía de su hermano Esaú”. Con un nuevo enfoque, Yacov, ahora Israel, le agrega el nombre de Dios al principio a Betel. Ya no es suficiente el nombre de Dios al final de la palabra Betel, que significa: casa de Dios, ahora, también lo pone al principio, la madurez, le muestra a Israel, que sólo Dios es el principio y el fin, la causa y el resultado de todas las cosas, ya no es necesario su esfuerzo, su capacidad, todo es de Él, por Él, para Él. |
Recordemos esto la próxima vez que le cantemos con música, con adoración, no adoremos la música, o la adoración, adoremos al Dios de la adoración. Recordemos esto, la próxima vez que le sirvamos o hagamos algo por Él, amemos al que servimos, no al servicio o ministerio que hacemos.
Recordemos esto, la próxima vez que estudiemos la Biblia, es al Dios de la Biblia, al que exaltamos, no a nuestro conocimiento, y años de estudio. Es posible que nos cansemos de servir, de estudiar, de cantar, pero esas cosas no son Dios, nuestro Dios, es una fuente de amor y pasión inagotable. Génesis 35:8-13 dicen así: “Poco tiempo después murió Débora, la mujer que había cuidado a Rebeca desde niña, y fue enterrada bajo el roble que está en el valle de Betel. Desde entonces ese lugar fue llamado Alón-bacut (que significa roble del llanto). Ahora que Jacob había regresado de Padán-aram, Dios se le apareció de nuevo en Betel. Y Dios lo bendijo diciéndole: Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob. A partir de ahora tu nombre será Israel. Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel. Entonces Dios dijo: Yo soy El-Shaddai: Dios Todopoderoso. Sé fructífero y multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes! Y te entregaré la tierra que les di a Abraham y a Isaac. Así es, te la daré a ti y a tus descendientes. Luego Dios ascendió desde el lugar donde le había hablado a Jacob”. |
Tristemente, Yacov, ya no alcanzó a ver nuevamente a su mamá Rebeca, pero, Dios acude a consolarlo, bendiciéndole, y recordándole su destino eterno. Una promesa similar a la que nuestro Salvador nos hizo, cuando estemos dispuestos a dejar incluso, a nuestros seres más amados por causa de Él. Mateo 19:29 dice lo siguiente: “Y todo el que haya dejado casas o hermanos o hermanas o padre o madre o hijos o bienes por mi causa recibirá cien veces más a cambio y heredará la vida eterna”. |
Yacov, dejó la casa de sus padres por obediencia a ellos, y por buscar primeramente l reino de Dios y su
justicia, y ahora Dios, le promete heredar millones de casas, a través de todas las naciones que sus descendientes conquistarán. Génesis 35:10 “diciéndole: Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob. A partir de ahora tu nombre será Israel. Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel”. A diferencia del cambio de nombres a Abraham, o Sara, a quienes nunca más se les recordó con sus nombres antiguos, en el caso de Yacov, su nuevo nombre es una añadidura, según comentarios judíos, no un cambio, de modo que se le seguirá también llamando Yacov, quizás para recordarle cómo le eligió, y le rescató, a pesar de su engaño, y de no merecerlo. |
Génesis 35:14
“Jacob levantó una columna conmemorativa para marcar el lugar donde Dios lehabía hablado. Luego derramó vino sobre la columna como sacrificio a Dios y laungió con aceite de oliva”. Yacob, levanta una columna de roca, derrama vino, y aceite sobre ella. Hermosos símbolos de la roca eterna de Israel, nuestro Salvador Yeshúa, que habría de derramar su sangre por nuestros pecados, y nos llenaría de su espíritu, todo esto, para ilustrar el nuevo pacto con Israel. Y, versículos 16 al 29, de este capítulo 35, narran la muerte de Raquel e Isaac. Raquel muere en la famosa aldea de Belén, al dar a luz a su último hijo, a quien llama: Benoni, o hijo de mi tristeza, pero Yacov lo llama: hijo de mi diestra. Imposible no ver el paralelismo de otra mujer de Belén, que daría a luz un hijo, que le causaría mucha tristeza, pero que se convertiría en la diestra de Israel. Lucas 2:34-35 leamos: “Entonces Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre del bebé: Este niño está destinado a provocar la caída de muchos en Israel, pero también será la alegría de muchos otros. |
Fue enviado como una señal de Dios, pero muchos se le
opondrán. Como resultado, saldrán a la luz los pensamientos más profundos de muchos corazones, y una espada atravesará tu propia alma”. Al final de este capítulo, Isaac también muere, y su funeral, causa que Jacob y Esaú, quienes darán origen a dos pueblos enemistados en el futuro, se unan para darle homenaje. Quizás, es tiempo de que judíos y cristianos, nos unamos para dar homenaje al hijo de la promesa que Isaac representa. Oremos: Isaías 40:1-2 “Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios. Hablen con ternura a Jerusalén y díganle que se acabaron sus días tristes y que sus pecados están perdonados. Sí, el SEÑOR le dio doble castigo por todos sus pecados”. Padre nuestro, concédenos ver la consolación final de Israel, y la herencia de todas las naciones, por los méritos de nuestra roca eterna, Yeshúa. Amén. Esto es: Simplemente Descubre la Biblia simple. Los espero en el siguiente capítulo. |